- Deseaba que fueras tú. Lo deseaba con toda mi alma.
Kyle miró a Josh con una mueca de
sorpresa desde el asiento de conductor del desvencijado Dodge de su
padre.
- ¿Qué pelotas te pasa, Josh? -Kyle estaba atravesando su fase de “pelotas”. Todo era “pelotas esto” o “pelotas aquello”, como antes había pasado sus fases de “cojones”, “narices” e incluso “caracoles”, que por suerte duró solo un par de semanas.- Te he llamado hace cinco minutos para avisarte de que venía, tío, ¿quién pelotas iba a ser?
- Tranquilo, estaba ensayando para el estreno, estoy algo nervioso.
- Tranquilo, Romeo, lo vas a clavar.
- Sí, lo voy a hacer de pelotas, seguro.
Kyle rió la ocurrencia y arrancó el
coche. Condujo a través del barrio residencial donde vivía Josh en
dirección al instituto del que se despedirían al acabar el curso,
un par de meses después. Al llegar, comprobó que el aparcamiento
del JFK Memorial High School estaba prácticamente lleno. Tras dudar
unos instantes, aparcó cerca de la entrada del gimnasio, en la
esquina más alejada del auditorio.
- Te sabes todo el papel, ¿no? -Preguntó a Josh, que miraba ausente por la ventana.
- Casi todo, sí.
- ¿Casi todo?
- Tranquilo, sé lo que tengo que decir.
- ¿Cómo que sabes lo que tienes que decir? -preguntó Kyle mientras seguía a su amigo entre los coches aparcados.- ¿Qué mierda de respuesta es esa?
En lugar de contestar, Josh le guiñó
un ojo y entró por la puerta lateral del auditorio, sobre la que
alguien había pegado una cartulina en la que ponía “Sólo
miembros del helenco y personal autorizado”. Kyle se detuvo un
momento en la falta de ortografía. Si aquello no lo había escrito
Lornie, la jefa de cocina, él no se llamaba Kyle Vernon. Entró por
la puerta y casi se cayó al tropezarse con Josh, que estaba parado
en mitad del pasillo sin moverse.
- ¿Qué pelotas...?
Y entonces, la vio. Paula Logan,
Julieta, en la obra. El motivo por el que Josh se había quedado sin
respiración. Apartó a este del pasillo para que no se chocara nadie
más con él, llevándoselo al camerino de los chicos.
- Te has quedado flipado, Joshy. Parece que nunca hubieras visto una chica.
- Es preciosa, Kyle. Es una locura, cada vez que la miro se para el tiempo. -Aunque le hubiera nombrado, Josh en realidad estaba hablando solo. Soñando despierto en la luna de Marte, como hubiera dicho la madre de Kyle si hubiera estado allí en aquel instante.- No creo que pueda existir nada más hermoso en el mundo. Es...
- Es la novia del capitán del equipo de fútbol. Fin de la historia, Romeo.
- Sí, supongo. -Dijo Josh, y empezó a cambiarse de ropa.
Kyle le deseó mucha mierda, le dio un
abrazo, y se fue a buscar un sitio en las primeras filas. Se sentó
junto a los padres y la hermana de su amigo y pasó la siguiente
media hora charlando con ellos mientras ojeaba el programa de la
obra. Conocía a todos los del grupo de teatro, e incluso había
asistido a varios de los ensayos, así que prácticamente se sabía
el texto al dedillo. Las luces se apagaron, y, tras los primeros
aplausos, el telón subió.
- Ahí está Josh. -dijo su madre cuando se abrió el telón
- shhh...
“¿Por
ventura amó hasta ahora mi corazón? ¡Ojos, desmentidlo! ¡Porque
hasta la noche presente jamás conocí la verdadera hermosura!”
- ¡Qué bonito!
- ¡Shhhh!
La obra avanzaba hacia uno de los
momentos favoritos de Kyle, la escena del balcón. Y allí estaba
Romeo, hablándole a su Julieta, que le miraba desde la ventana con
ojos de enamorada.
“Pero,
¡silencio!, ¿qué resplandor se abre paso a través de aquella
ventana? ¡Es el Oriente y Julieta, el sol! ¡Surge esplendente sol y
mata a la envidiosa luna, lánguida y pálida de sentimiento porque
tú, su doncella, eres mas hermosa que ella!
En
verdad lo eres, mi Julieta, y no solo en la noche del estreno.”
Kyle
se removió en el asiento incómodo. Él había estado en los
ensayos, y aquello no estaba en la obra. Nadie a su alrededor parecía
darse cuenta, al fin y al cabo no conocían la obra. Sólo él y el
señor Harrison, el profesor de literatura, miraban extrañados al
escenario, donde Josh seguía con su monólogo sin hacer caso del
apuntador ni de la mirada extrañada de Paula.
“Cada
mañana, desde hace cuatro años, me he cruzado contigo por los
pasillos y me he muerto un poco por dentro. Cada mañana, desde el
primer día, en el que me enamoré de ti, me he aferrado a tu sonrisa
para seguir viviendo, y he maldecido el viernes que te separaba de
mí.”
Vale,
definitivamente, aquello no era de Shakespeare. Josh estaba
cometiendo alguna especie de locura, y Kyle no dejaba de mirar hacia
la zona en la que se sentaba el novio de Paula con sus secuaces. A
pesar de que aquél gorila no fuera capaz de deletrear Shakespeare (a
decir verdad, dudaba de que fuera capaz de deletrear Romeo), empezaba
a darse cuenta de que algo estaba ocurriendo, y fruncía el ceño.
Malo.
“He
intentado olvidar el grito que me agarrota el estómago cada vez que
te veo besarle, y ya no puedo callarlo más. Ya no puedo callar a
todas las células de mi cuerpo, que saben que eres para mí, igual
que saben que la noche sigue al día. He nacido para amarte, y si
miras en mis ojos, verás que estamos hechos el uno para el otro.”
La
cosa se estaba poniendo fea. El señor Harrison se había levantado y
había salido de la sala, seguramente para buscar al encargado del
telón, y los del equipo de fútbol estaban ya susurrando
mosqueados. Por no hablar del resto del público. Definitivamente,
hasta los más despistados ya se habían dado cuenta de lo que estaba
pasando.
“Te
quiero, Paula. Te deseo, te sueño, te espero, te necesito. Sueño
con buscar tus tatuajes con la luz apagada, y con beber de tu sonrisa
de cascabeles. Y sé que me dirás que sí, aunque tenga que
plantarme en tu puerta todos los días de mi vida, aunque tenga que
esperar veinte años. No me importará esperar. Amarte me hace seguir
vivo, y daré hasta la última de mis lágrimas para hacerte feliz”.
El
teatro estaba completamente revolucionado, y al ver levantarse a los
del equipo de fútbol, Kyle se levantó de su asiento y se dirigió a
la salida. Pensaba en arrancar el coche y esperar a Josh en la puerta
trasera. En salvarle la vida, en definitiva. Cuando estaba a punto de
salir, se giró hacia el escenario, y apenas pudo creer lo que veían
sus ojos.
Paula
bajó por las escaleras, con una sonrisa enorme en la cara y con
lágrimas acariciando sus mejillas. Se acercó a Josh, que temblaba
de la emoción, y cogió la cara del muchacho, que también lloraba,
entre sus manos.
Cuando
se fundieron en un beso dulce y apasionado, Kyle salió corriendo con
una sonrisa en los labios. Tenía que sacar a aquellos dos de allí,
y tenía que sacarlos ya.
21 comentarios:
No me ha podido gustar más! Me encanta el toque chulesco del principio, ese rollo teenager americano, ese discurso tan shakesperiano... Lo has bordado! ;)
Oh, justo quería que terminara asi! aunque por lo que intuyo no va a ser todo tan facil para los jóvenes amantes... que bonitoooooo!
Jajja, yo también paso por esas fases "palabro del mes".
Besines
Que chulo, con ese toque insti norteamericano pero con tu toque personal de contar las cosas. El amor a triunfado de nuevo por encima del capitán de futbol amigo...
Saludos.
Mundoyás
No esperaba leer un relato de amor en este espacio, aunque la frase se prestara a ello. Como ya han dicho, un Romeo y Julieta muy especial.
Un placer la visita,
SdlH
No me suelen gustar las "americanadas" (con perdón), pero ésta me ha entusiasmado. Muy bien contada: nombres muy acertados y los lugares también.
El final impecable. Un abrazo.
¿Se puede mezclar "pelotas" con Shakespeare?, esta es la prueba de que no sólo se puede hacer, sino que además el resultado es brillante. Felicidades.
Un placer leerte esta semana :)
¿Y lo que me ha sorprendido encontrar un relato de amor en casa del pistolero? Sencillamente perfecto. Un relato que me hace volver a los momentos de instituto y recordar lo fuertes que parecían aquellos amores...
Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.
a mi todo lo que tenga que ver con el teatro me puede... así que, ¿qué te voy a decir? jajaja.
Aunque me hubiera gustado más otro final,el resto decirte que me ha gustado y sonrisilla me has sacado .
1 besote
Fue alguien quien dijo eso de "como decíamos ayer" y es que lo que acontece estos días reduce el tiempo de años a tan solo un ayer, como si Cuentacuentos no se hubiera detenido :)
Y pensar que estuve no hace mucho justo bajo el famoso balcón de Verona. No he podido evitar transportarme a ese momento e imaginar la escena, y como le sucedió a Josh aislarme del mundo y ver como él queda atrapado en la rebelión de lo humano, del amor que rompe todos los miedos y se libera.
Maravilloso relato. Un abrazo!
¡Que puedo decirte! me ha encantado esa mezcla de románticismo, con pinceladas de tu estilo de novela policiaca al principio. El teatro, la literatura... esta historia lo tiene todo! Me ha encantado!
Pre-cio-so! :)
Porque como ya te han dicho en otros comentarios, parece totalmente imposible juntar Shakespeare con la forma en la que planteabas la historia, pero te ha quedado genial.
Además, está muy bien ambientada, engancha desde el principio y nos llevas de la mano hasta ese gran final para el prota. ¡Sólo espero que puedan escapar a tiempo! jeje
Me ha gustado mucho :) Besos!!
Sólo tengo una palabra en los labios: amor. Porque eso es lo que desprende cada palabra de este relato. Amor y dulzura. Cuando éramos jóvenes todos soñábamos con un amor así...
Me ha gustado mucho pasarme por aquí.
Te dejo besos y polvo de Hada.
Me gustó esta versión moderna de rollo universitario con Romeo Y Julieta como escenario de fondo, y la forma en que mezclas los dos estilos tan dispares. ¿Y sabes lo que me habría encantado? Que cuando el profesor se levanta y la gente está preguntándose qué "pelotas" pasa, ella le hubiera seguido el rollo soltando alguna frase fuera de guión. Aunque el beso estuvo genial ¿eh? Te lo dice una a la que le encantan esas historias.
Un saludo.
¡Qué chulada! ¡Menuda declaración! Me he encantado, la verdad.
Un saludito.
Qué buen comienzo de historia intrépida con continuación a cien por hora!!! (en mi mente, claro).
No me esperaba un escrito así viniendo de ti, ¿sabes? Me has dejado de piedra, pero con un muy buen guiño que se convertirá en recuerdo para lo que me queda de día.
Muy bien, Socio.
Espero algo más para la semana que viene! Sin que lo que ocurra el sábado lo estropee, ¿ok?
Y bienvenido!!! :)
Hell.
¿Y no se podían llamar Jorge y Laura? xD
Nah, ya sabes que se nota que estamos a full, que lo del óxido no es lo nuestro, que los médicos en sus prácticas pasan por todos los departamentos, que nos quedan mil historias por contar.
Un abrazo, socio!
pd: moñas
Hola socio! Oye, supongo que estarás viendo American horror story, ¿no? Pues ya tardas.
Sobre esto, pues que al principio, lo digo en serio, me ha parecido largo y he estado a punto de no leerlo, pero he empezado y he llegado al final muy rápido, lo que agradezco y te honra. Muy ágil, buenos detalles, divertido y un final digno de una película de amores adolescentes made in Spain, de ésas que quieren copiar a las americanas. Te veo en muy buena forma, y me alegro mucho.
Un abrazo.
No sé qué le pasa a las novias de los capitanes del equipo de rugby, que parecen siempre ansiosas de dejarlo con él e irse con el prota :)
Un saludo.
oooooooooooo pero que bonitoooooooo!!!!! que tierno!!!! ya pensaba yo que el pobre muchacho se iba a ir sin un par de dientes y con un ojo morado jajajajajaja pero mira tu por donde esas cosas tan romanticas solo pasan en las historias :)
bessos
Dios!!! Cómo me ha gustado volver a leerte :D Me encantan tus historias y echaba de menos leer cosas así, nadie tiene tu estilo ;D
Besos!!
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