domingo, 16 de marzo de 2008

Hacía frío aquella mañana

Hacía frio aquella mañana. Claro, qué otra cosa podía esperar. Si lo pensaba bien, era incluso adecuado, asquerosamente adecuado...

Ese lunes, el primer dia de curso, había decidido recibirle con frío. La verdad es que por lo general el frío no le molestaba demasiado, pero unido a la mala noche que había pasado era suficiente para desanimar a cualquiera. El primer dia de curso, el primero que tenía en casi ocho años. Bien, estaba de vuelta. Por fin sentaba la cabeza, volvía a estudiar. Eso era lo que quería, ¿no?...sí, eso creía..

Se duchó, se afeitó y empleó diez minutos en escoger la ropa adecuada. Al fin y al cabo era importante dar una buena primera impresión. Se decidió por unos vaqueros, una camiseta de su viaje a Londres y una cazadora comprada en Pull&Bear (hacía mucho frío) y no se vió muy mal en el espejo. Bueno, algo sí. Muy mayor.. ¿dónde iba?

Salío a la calle y esperó en la parada del autobús. Tardaba en venir, y cuando estaba a punto de darse la vuelta...lo vió venir al final de la calle. Joder, casi hubiera deseado que no hubiera llegado. Estaba lleno de chavales de unos 20 años que iban a clase..de repente se sintió fuera de lugar. Venga, ánimo..es sólo el primer día. Lo vas a hacer por que te lo debes a tí mismo...pero cada vez se daba más cuenta de que quizás se estuviera engañando..

Al llegar a la puerta de la universidad, las fuerzas le habían abandonado definitivamente...no era su lugar, lo veía clarísimo en esos momentos. Se había intentado engañar, había querido verse capaz cuando era obvio que no lo era. Ocho años sin estudiar son demasiados. Muy bien, campeón, esta vez si que la has cagado. Date la vuelta, vete a casa. Siempre nos dicen que aprovechemos las oportunidades, que cojamos los trenes que pasan. Pero a veces no llegamos a tiempo a la estación, o llegamos y estamos demasiado ocupados haciendo el gilipollas.

Se montó de nuevo en el mismo autobús que acababa de dejar, y no tuvo ganas ni de mirar por la ventanilla durante el trayecto de vuelta. Se había creido capaz...y no lo era.

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